jueves, 28 de abril de 2011

Ministerio de Agricultura promoverá el desarrollo de inversiones en ERNC.


El subsecretario de agricultura, Álvaro Cruzat, señaló que el desarrollo de las energías renovables no convencionales, ERNC, tendrá un lugar importante en el futuro del sector silvoagropecuario. Por ello, indicó que la cartera que lidera el Ministro José Antonio Galilea promoverá este tipo de iniciativas mediante una reglamentación clara, que facilite el desarrollo de inversiones y que permita- en definitiva- aumentar la competitividad silvoagropecuaria y la capacidad de diferenciación de estos productos en el exterior.

La autoridad destacó que el costo energético para los productores agrícolas aumentaba año tras año y que, dependiendo del tipo de cultivo, éstos podrían empinarse hasta representar un 30% de la matriz de costos de un agricultor.

Cruzat reconoció que la demanda energética del sector es inelástica, es decir, consta de ciertas temporadas fijas que pueden hasta triplicar las necesidades energéticas en relación a otras fechas, y que por lo mismo requiere una tarificación distinta a la existente y la exploración de nuevas fuentes de generación.

“Considerando las particularidades de nuestro sector, el desarrollo de proyectos asociados a ERNC tiene un gran valor, ya que por un lado permite la reducción de costos, y por otro, añade un elemento diferenciador frente al consumidor final, al reducir la huella de carbono”, destacó.

Acompañado de la Directora Ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Eugenia Muchnik; de la Directora Ejecutiva del Centro de Energías Renovables (CER), Carolina Galleguillos; del Consultor Felipe Kaiser, de KAISER ENERGIA SpA, y del representante del Centro de Investigación Ambiente Italia, Rodolfo Pasinetti, el Subsecretario de Agricultura participó en el seminario “Energías Renovables no Convencionales en la Agricultura y la Industria de Alimentos: Nuevas oportunidades”. La actividad fue organizada por el FIA y se desarrolló en el Edificio MBA de la Pontificia Universidad Católica.

En sus palabras de bienvenida, el subsecretario explicó que el Ministerio de Agricultura se encuentra trabajando en diversas iniciativas que fomentan la generación de este tipo de energías. Por un lado está el proyecto liderado por la Unión Europea junto a la Comisión Nacional de Riego (CNR) que fomenta el desarrollo de minicentrales hidroléctricas asociadas a obras de riego. Según el estudio existen cerca de 300 proyectos que han sido catalogados como viables y que en conjunto podrían generar cerca de 900 Mwh.

Además, el Subsecretario de Agricultura, señaló que existe un convenio firmado por el Ministerio con la Conaf y el Ministerio de Energía para incentivar proyectos que utilicen biomasa forestal, y con ello la forestación y el manejo sustentable de los recursos naturales renovables.

Según información de la Conaf, Chile cuenta con alrededor de dos millones de hectáreas degradadas con potencial forestal y a nivel del bosque nativo se estima que unas 4,3 millones de hectáreas son potencialmente productivas. “Por esto, contar con una alternativa comercial para productos y subproductos de las plantaciones y los bosques es un nuevo incentivo a la forestación y al manejo sustentable de estos recursos naturales renovables” dijo Cruzat.

La autoridad se refirió además a la existencia de fondos públicos por más de US$ 80 millones para el desarrollo de proyectos de ERNC. En la actualidad, el Ministerio de Agricultura, a través de los seremis, está haciendo un catastro a nivel regional que permita facilitar la postulación a dichos fondos.

En este mismo sentido, la directora ejecutiva de FIA, Eugenia Muchnik, relevó que es necesario proporcionar herramientas para que los actores sectoriales decidan implementar medidas de manejo eficiente de los recursos energéticos y mitigación de emisiones. “Una buena solución para ello —dijo— es a través de la incorporación de aplicaciones innovadoras con este tipo de tecnologías”.

Fuente: www.radiosantiago.cl

martes, 19 de abril de 2011

Degradación de los ecosistemas terrestres Latinoamericanos.

Probablemente, la causa más publicitada de la degradación del patrimonio natural latinoamericano sea la elevada tasa de deforestación, que dobla actualmente la media mundial, con una pérdida del 4,6% de la cobertura boscosa entre 1990 y 2000. Junto con la conservación de los ecosistemas naturales remanentes, la restauración o rehabilitación de los ecosistemas degradados es una herramienta estratégica en las memorias de todo acuerdo internacional enfocado a la mejora del medio ambiente local y global.


América Latina se extiende en dirección Norte-Sur entre los 30º N y los 60º S, con clima tropical desde el centro de México hasta el norte de Argentina y templado desde allí hasta el extremo meridional de Chile, donde cobra características subantárticas. Esta variedad climática junto con el amplio rango altitudinal, desde el nivel del mar hasta los 6.962 metros del Aconcagua, la orografía compleja, la influencia de dos océanos y la historia geológica, ha favorecido una riquísima diversidad de biomas y ecosistemas.

El proyecto Global 200 del WWF identificó 142 regiones terrestres especialmente sobresalientes por su biodiversidad, muchas de las cuales se encuentran en América Latina aunque, en su mayor parte, se hallan en estado crítico de conservación o son vulnerables.

¿Qué está degradado y por qué?

Si bien la transformación humana de los ecosistemas naturales latinoamericanos tiene origen precolombino, no cabe duda de que la colonización europea precipitó la tumba de bosques y la alteración de humedales y praderas para usos agrícolas y pecuarios, modificando irreversiblemente la naturaleza primigenia de la región.
Probablemente, la causa más publicitada de la degradación del patrimonio natural latinoamericano sea la elevada tasa de deforestación, que dobla actualmente la media mundial, con una pérdida del 4,6% de la cobertura boscosa entre 1990 y 2000. Entre los ecosistemas forestales más valiosos y a la vez más reducidos en su extensión original, más fragmentados y con sus remanentes más degradados, se encuentran los bosques tropicales secos de Centroamérica y la mata atlántica de Brasil, que tan solo conservan sin alterar, respectivamente, un 2% y un 4% de sus áreas primigenias. La ganadería extensiva y la agricultura, tanto itinerante como intensiva, junto con los impactos que de ellas se derivan, como los incendios, se cuentan entre las causas principales del avance de la frontera agrícola sobre los bosques. La apertura indiscriminada de vías de comunicación y las talas de maderas valiosas para usos comerciales aceleran además el empobrecimiento interior de los parches forestales remanentes.

Pero no solo sufren los bosques, porque ni las praderas ni los matorrales que cubrían las áreas con limitaciones naturales para sustentar formaciones boscosas se han librado de la degradación, especialmente en las zonas áridas y semiáridas. Aproximadamente el 90% de las praderas que se observan actualmente en la región corresponde a los ecosistemas originales (el 70% de las praderas de las planicies y el 20% de las montañosas), mientras que el 10% restante procede de la transformación humana de los bosques. Las llanuras del Chaco, por ejemplo, fueron deforestadas a principios del siglo XX para producir el carbón que alimentaría al ferrocarril, y el subsiguiente sobrepastoreo de los prados resultantes hizo desaparecer las gramíneas nativas y transformó los pastos en matorrales improductivos con amplias superficies de suelo expuestas y erosionadas. En la Patagonia, a la deforestación iniciada a principios del siglo XIX para la cría de ovejas, vino a unírsele después la causada por la industria petrolera. El sobrepastoreo y la extracción de leña por parte de las comunidades rurales han colaborado en la desertificación de la región. Más de la mitad de la superficie del Cerrado brasileño, una de las prioridades mundiales en la conservación de la biodiversidad, ha sido transformada a pastos y cultivos comerciales en las últimas tres décadas. La degradación ha progresado a través de la fragmentación del sistema, de la pérdida de biodiversidad, de la contaminación del agua, del incremento de la extensión y recurrencia de los incendios y de la severa alteración de los suelos. En las alturas de los Andes, la degradación de los páramos está teniendo severas consecuencias ambientales a diferentes escalas geográficas. Estos ecosistemas, que incluyen mosaicos de pastizales, prados de frailejón, turberas, puyas y chuscales, con gran capacidad de captación de carbono y una enorme biodiversidad, tienen entre sus principales funciones la regulación de los caudales de las cuencas inferiores que, de permanentes, están pasando a torrenciales. Como causas más citadas de la degradación de los páramos andinos se encuentran la explotación de turba y la desecación de las turberas para uso agrícola y ganadero, la migración hacia estas zonas vulnerables de comunidades que importan con ellas formas de cultivo y pastoreo inadecuados, e incluso algunos programas de forestación mal concebidos.
Junto con bosques, praderas, matorrales y desiertos, más o menos intervenidos por el hombre, los ecosistemas que han sido transformados para uso agropecuario tienen una notable representación territorial, además de una importancia estratégica en la conservación integrada del capital natural.

Dependiendo del manejo que se les dé, los sistemas agrícolas y ganaderos pueden ser un foco de degradación o, por el contrario, elementos benéficos para el mantenimiento de la biodiversidad global del territorio. En América Latina, estas actividades han dañado significativamente unas tierras de por sí vulnerables, tanto que el 26% de los suelos mesoamericanos y el 14% de los sudamericanos están actualmente degradados y que gran parte de los sistemas agropecuarios aparecen exhaustos, especialmente en las zonas secas, donde el 73% del suelo bajo este uso sufre algún grado de deterioro. Las praderas oriundas de Centroamérica están sobrepastoreadas, lo que implica una pérdida progresiva de la productividad del pasto. En la zona húmeda de Costa Rica, los pastos oriundos empezaron a sustituirse en los años 70 por especies africanas más productivas y de crecimiento rápido y vigoroso pero, a la vez, altamente consumidoras de agua y de nutrientes, por lo que la degradación de los suelos empezó a manifestarse a escasos cinco años tras su siembra. En las áreas secas del Pacífico, el exceso de carga ganadera indujo una erosión estimada recientemente en 250 t de suelo perdido por cada tonelada de carne de vacuno producida. La degradación del paisaje latinoamericano ha sido frecuentemente imputada a la agricultura de los pobres, pero este discurso merece ser revisado a la vista de las políticas agrarias de algunos de los países más desarrollados y emergentes de la región.

Ecorregiones terrestres de América Latina importantes por su biodiversidad. (CE: Estado crítico. V: Vulnerable.) Fuente: GLOBAL 2000

Bosques tropicales húmedos de planifolios
CEBosques atlánticosBrasil, Paraguay, Argentina
CEBosques de las montañas del N de los AndesEcuador, Venezuela, Colmbia, Perú
VBosques andinos yungueñosEcuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Perú
CEBosques montanos costerosVenezuela
VBosques húmedos del Chocó-DariénColombia, Panamá, Ecuador
CEBosques estacionalmente inundados(Várzea)Perú, Brasil, Venezuela
VBosques de Talamanca y de Istmo del PacíficoCosta Rica, Panamá
RSBosques húmedos del NapoEcuador, Bolivia, Perú
RSBosques húmedos del Río Negro-JuruáColombia, Brasil, Perú, Venezuela
RSBosques húmedos del SW de la AmazoníaPerú, Brasil, Bolivia
RSBosques de la GuayanaVenezuela, Brasil, Guayana, Suriname, Guayana Francesa

Bosques tropicales y subtropicales secos de planifolios
CEBosques bajos secosBolivia
CEbosques secos de los valles tumbesinos interandinosEcuador, Perú, Colombia
CEbosques secosMéxico

Bosques tropicales y subtropicales de coníferas
CEBosques mixtos pino-encinoMéxico

Bosques templados de coníferas y planifolios
CEBosques lluviosos de ValdiviaChile, Argentina

Parderas, sabanas y matorrales templados
VEstepas y praderas de la PatagoniaArgentina, Chile

Praderas, sabanas y matorrales tropicales y subtropicales
VSabanas de los LlanosVenezuela, Colombia
VBosques y sabanas del CerradoBrasil, Bolivia y Paraguay
VSabanas del BeniBolivia

Praderas y sabanas inundadas
VSabanas estacionalmente inundadas del PantanalBolivia, Brasil, Paraguay

Praderas y sabanas tropicales montanas
VPáramos de los Andes del NEcuador, Venezuela, Colombia, Perú

Desiertos y matorrales xéricos
VDesiertos de Sonora y BajaMéxico
VDesierto de Chihuahua y TehuacanMéxico
CEDesierto de AtacamaChile

Matorrales y bosques mediterráneos
CEMatorralChile
CEChaparral y bosquesMéxico


Fuente: www.econoticias.com


jueves, 14 de abril de 2011

Subdirector Nacional de INDAP destacó aporte de experto Australiano en sistemas Keyline.


Como una real posibilidad de mejorar la productividad y retención del agua para riego en pequeños agricultores, calificó el Subdirector Nacional de INDAP, el aporte de experto australiano en sistemas Keyline.El Subdirector Nacional de INDAP, Juan Carlos Domínguez, participó en una clase magistral realizada en INIA Hidango, Litueche, donde el experto en sistemas Keyline, Darren Doherty, dio a conocer los alcances de esta técnica que permite la conservación del suelo y el manejo del recurso agua en zonas de secano.


Según explicó Doherty, el diseño de Línea Clave es un sistema para trabajar la tierra que combina la captación y conservación del agua con técnicas de regeneración de la tierra. “Keyline es un sistema que permite restaurar los suelos con rapidez, devolverles su fertilidad, blindarlos a los efectos de la sequía y convertirlos en grandes almacenes de CO2. Porque con agua y abono no hay cosecha que se pierda, y por ello debemos trabajar en el cuidado del medioambiente, contribuyendo a preservar las tierras fértiles”, puntualizó.


Diversos profesionales, técnicos y agricultores participaron durante toda una semana en el curso denominado “Conservación de Suelo y Agua en el secano: Construcción de Sistemas Keyline”, que culminó el viernes pasado con una clase magistral a cargo del experto en este tema.De esta forma se hicieron presentes profesionales del INDAP, donde destacó la participación del Director Regional, Arturo López, y el Subdirector Nacional del organismo, Juan Carlos Domínguez, quien manifestó que la participación de la institución en estos temas es fundamental porque existen muchos usuarios en condiciones de baja productividad y suelos erosionados en la provincia de Cardenal Caro.“El aporte de este experto australiano es que nos dice que con inversiones no tan grandes se puede mejorar nuestra producción y aumentar la retención de agua. Es una oportunidad que no estábamos viendo y creemos que puede tener un gran impacto en nuestros agricultores.


El hecho que esté el INIA, INDAP, la Gobernación e Intendencia detrás de esto habla muy bien de la nueva forma en que estamos enfrentando los temas como Gobierno, todos en terreno trabajando juntos y coordinados por nuestro agricultores”, manifestó la autoridad.El Diseño Keyline es un sistema completo de diseño para el paisaje. Es aplicable tanto en zonas rurales como urbanas. Es una combinación única de conservación del agua y regeneración del suelo, con gran atractivo tanto para agricultores como para ganaderos, ya que tiene la capacidad de regenerar suelos degradados rápidamente, y considera como beneficioso el uso de animales de pastoreo en este proceso.


Los sistemas Keyline fueron desarrollados en Australia durante los años 1950, como respuesta a la creciente desertificación y erosión que observó en el paisaje australiano, que relacionó con la agricultura.


La jefa de Area Lolol del INDAP, Rosita Valenzuela, señaló que es una experiencia totalmente aplicable a esta zona y que puede ser de mucha ayuda para los pequeños agricultores. Agradeció la posibilidad de haber participado en este seminario que fue de mucha utilidad para todos.La clase magistral dada por el experto australiano fue encabezada por el Subsecretario de Agricultura, Alvaro Cruzat, y el Intendente de la Región de O´Higgins, Rodrigo Pérez Mackenna. Junto a ellos estuvieron el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Ramón Barros; el director Nacional del INIA, Guillermo Donoso; el director de CIREN, Eugenio González; el Subdirector Nacional de INDAP, Juan Carlos Domínguez; el seremi de Agricultura de la Región, Mauricio Donoso, y agricultores del secano costero, entre otras autoridades.La enseñanza de este método Keyline, o de Línea Clave, en español, cobra suma relevancia en el país en estos meses, pues según el último estudio de Centro de Información de Recursos Naturales, CIREN, la erosión actual del territorio de Chile alcanzaría a más del 49% de su superficie total, lo que equivale a 36,8 millones de hectáreas. Cabe destacar que entre los sectores con mayores problemas de erosión actual, están las regiones de Coquimbo, con el 84% de sus suelos erosionados; Valparaíso, con 57%, y precisamente O'Higgins con el 52% de sus suelos.


Fuente: Vi .cl

jueves, 7 de abril de 2011

Expertos UC proponen la forestación urbana como método de compensación de contaminantes.


La iniciativa forma parte de un estudio realizado por los académicos Alejandra Vargas y Nicolás Balmaceda, de las facultades de Agronomía e Ingeniería Forestal y de Derecho, respectivamente. Las condiciones para implementar un sistema de compensación ambiental por la vía de la forestación urbana existen. Así de enfáticos fueron los académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Alejandra Vargas y Nicolás Balmaceda, al presentar su trabajo sobre el tema, que será materia del próximo número de la Serie de Temas de la Agenda, elaborado por el Centro de Políticas Públicas UC.

“Tener áreas verdes es un derecho ciudadano”, comentó el abogado Nicolás Balmaceda en el marco de una mesa de discusión donde se presentó el estudio, el pasado 7 de abril, y en la que participaron el subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal, y la directora del Proyecto de Forestación Urbana del MINVU, Consuelo Bravo. Alejandra Vargas enfatizó la situación actual de "fracaso de los planes de forestación", además de mencionar que en los últimos nueve años se ha producido una disminución de 9,8% de áreas verdes. La académica explicó que si bien en la actualidad existen sistemas de compensación ambiental en nuestro país, las exigencias para llevarlas a cabo dificultan su ejecución en zonas urbanas, lo que termina en proyectos que se instalan en la periferia de las ciudades. En este sentido, el estudio de los académicos pone atención en las variables que han sido descuidadas en los planes de forestación urbana y han hecho fracasar algunas iniciativas.

"El problema es que no existe real conocimiento técnico. Plantan liquidámbar o tuliperos, pero el espacio que dejan para su desarrollo es mínimo. Hay que tomar en cuenta que tenemos que adecuar a las especies a un ambiente tremendamente hostil", destacó Vargas. En el marco de la presentación, Nicolás Balmaceda enumeró algunas de las fuentes posibles que pueden ser actualmente aprovechadas para iniciativas de forestación urbana. Entre ellas, las áreas verdes que se encuentran descuidadas, los proyectos desarrolladores inmobiliarios y la extensión del sistema de concesiones para parques y espacios públicos. Por su parte, Ricardo Irarrázabal, quien agradeció la instancia de discusión, recalcó que "la falta de espacio es real y que el Estado debe generar espacios para fomentar la forestación urbana". Consuelo Bravo, en tanto, destacó la importancia de cuantificar el beneficio de un proyecto de forestación urbana y mencionó que algunos de los mecanismos para lograrlo son las redes interministeriales, invitar a los municipios, así como la entrega directa y la participación de la empresa privada.

Edición: Universia / RR

lunes, 4 de abril de 2011

FAO preocupada por deforestación.


América Latina presenta altos niveles de deforestación, los que incluso son superiores a los detectados en muchos países africanos.

Así lo advirtió Eduardo Rojas, subdirector de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), precisando que "el ritmo anual de deforestación es de 5,2 millones de hectáreas, de un total de 4.000 millones de hectáreas en todo el mundo, y en el caso concreto de América Latina, ésta se concentra mayoritariamente en Argentina."

Al respecto, calificó a América Latina como "una de las mayores decepciones porque no logra avanzar en materia de preservación ambiental".
A su juicio, "recuperar la deforestación del último siglo supondría un coste para los países en vías de desarrollo cercano al billón de dólares."

Rojas destacó que hay países donde estarían funcionando las medidas pro bosques, como Chile, Costa Rica, Uruguay y en Brasil.