Once países africanos aprobaron ayer medidas para salvar el Sahel y el Lago Chad de la inminente degradación y desertificación, en la Convención de Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación.
Once países a lo largo de la frontera sur del Desierto del Sahara, se unieron ayer bajo el marco de la UNCCD, que se está celebrando esta semana en Bonn, Alemania, para proteger sus tierras productivas de los estragos del desierto y preservar el Lago Chad para las futuras generaciones.
Con la “Great Green Wall” for the Sahara and Sahel Iniciative GGWSSI, ( iniciativa de la “Gran Muralla Verde” para el Sahara y Sahel), se empleará un mosaico de enfoques con el que gestionar los recursos naturales en un área de 7775 km de extensión y 15 km de ancho que va desde el oeste de Senegal hasta el este de Djibouti, incluyendo el Lago Chad.
Tras varios debates se establecieron los programas de financiación para esta iniciativa.
El Fondo Munidial para el Medio Ambiente FMAM, expresó su interés en apoyar el proyecto con una inversión que podría ser de hasta 115 millones de dólares estadounidenses. Otras instituciones participantes también hicieron sus promesas de apoyo, mediante una financiación que podría llegar a tres billones de dólares estadounidenses destinados al desarrollo sostenible de estos países.
El anuncio se ha producido tras dos días de consultas entre los ministros de medio ambiente y otras partes interesadas de Burkina Faso, El Chad, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal y Sudán, sobre como priorizar la financiación para el programa de acción, que está actualmente en su etapa de diseño.
La preservación del Lago Chad se basa principalmente en el apoyo económico del FMAM destinado a aguas.
Monique Barbut, directora ejecutiva y presidenta del FMAM, hizo hincapié en que las propuestas tratan de “ preservar los recursos de una manera que aseguren un futuro estable y sostenible para estos países”. “Las estrategias nacionales deben estar dirigidas por organizaciones que tiene la experiencia suficienta para lograr resultados sólidos”.
Luc Gnacadja, secretario ejecutivo de la UNCCD afirmó que la inversión del FMAM “ tendrá un efecto catalizador para que los países de la GGWSSI movilicen recursos adicionales que se necesiten en los planos regionales e internacionales”.
La sequía del Sahel de 1972-1984, que dió lugar a la pérdida de casi 100000 vidas, provocó un cambio en las prioridades de ayuda al desarrollo, aumentando la importancia de la lucha contra la desertificación y la degradación de la tierra.
Una vez más el ser humano reacciona tras una gran catástrofe, ¿dónde se quedó el principio de “más vale prevenir que curar”?, espermos que esta vez las buenas intenciones no sean humo.
Se espera la gestión sostenible de la tierra, el agua y la vegetación en un máximo de 2 millones de hectáreas de cultivos, pastizales, bosques y ecosistemas de tierras secas por país. Junto con la protección de la diversidad biológica, muy importante y amenazada en estas áreas, y el secuestro de 0,5 a 3,1 millones de toneladas de carbono por año.